No podía haber elegido mejor nombre. Espléndida, única, lúdica, amorosa y bella, así es también la otra París, irrepetible. En su último concierto en Madrid interpretó varios temas de su último disco, In-cubando, acompañada únicamente de su piano. No necesita más en el escenario, su presencia y su voz lo llenan todo. Esa es la grandeur de l'artist. Lástima que se prodigue tan poco.
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