06 enero 2008

Zapá Noel

¿Es usted clase media? Enhorabuena, porque desde ahora además de clase media usted es la clase tonta. Papá Noel nos ha vuelto a sorprender con una bonita y colorista iniciativa para los más jóvenes que sin duda dará lugar a un interesante debate social y que inexorablemente se financiará con sus impuestos:
"El colapso en las web del ministerio de vivienda obliga a abrir nuevos canales para obtener el impreso de los 210 euros" Elpais.com, 3 de enero de 2008.
La avalancha de visitas de personas interesadas en obtener los formularios de ayuda al alquiler colapsó desde el 2 de enero el acceso tanto a la página web del ministerio de vivienda como a la dedicada a informar sobre la renta básica de emancipación de 210 euros mensuales. Desde el Ministerio de Vivienda han explicado que este colapso responde "a las expectativas, el interés y buen recibimiento" que ha generado esta medida entre sus potenciales beneficiarios: jóvenes entre 22 y 30 años que podrán recibir durante un máximo de cuatro años 210 euros mensuales, así como el préstamo de 600 euros para fianza y 120 para el aval. Para acceder a estas ayudas hay que disponer de una fuente regular de ingresos inferior a 22.000 euros brutos anuales, poseer la nacionalidad española o ser ciudadano de la unión europea o del espacio económico europeo. Para los ciudadanos no comunitarios, estos deben tener residencia legal en España.

He sacado la calculadora y, si actualmente cumplen el perfil requerido unos cinco millones de personas, multiplicamos 210 € por cinco millones y .... glup..... Claro que, a esta cifra habría que sumar aquellas personas UE que fijen su residencia en España, y les recuerdo que hay “26 otros países” (que se diría en inglés) que componen ahora mismo nuestro hermoso espacio europeo. Y yo me pregunto, ¿desde cuándo el presupuesto español puede con semejante gasto cuando ni siquiera la sanidad pública está cubierta como debería? Y no entro en Educación, porque ya no saldría.
O sea, después de que se permitiera que toquisqui especulara a sus anchas con el escabroso asunto del ladrillo, ahora la clase medio-tonta tiene que seguir pagando no sólo las “hipotecas-fantasma” (subprime en inglés) más caras de la historia sino la financiación de los que no pueden acceder a ellas. Todo ello para que los chavales españoles, que están muy necesitados, puedan ensayar en su casa de alquiler para presentarse a concursos como Operación Triunfo o Gran Hermano, espacios donde pueden mostrar ese talento que rezuman a borbotones y cumplir su sueño. Porque claro, en España hay muuucho talento oculto, y es que el que no canta como los ángeles cuenta chistes como Dios.
Y hay casos aún más graves. Algunos de nuestros jóvenes necesitan urgentemente un lugar propio para juntarse con sus amigos a jugar a la Wii que les acaban de traer los Reyes Magos (que son los padres), o chatear 7.000 horas frente al ordenador portátil último modelo que les trajeron los Reyes Magos el año anterior, que curiosamente también sirve para descargarse el último hit de 40 para el MP3 que les trajeron los Reyes Magos hace dos años, y el último tono-multitono-politono para el móvil que les trajeron los Reyes Magos hace tres años, que, como ya es una “megapatata”, necesitan cambiar urgentemente a sabiendas de que si no, es imposible conseguir un trabajo digno y pagado como corresponde.
En fin, yo que soy clase media, gano menos de 22.000 € y apenas llego a fin de mes, he estado pensando qué hacer con los 20 € que me sobran después de pagar mis deudas de clase medio-tonta y comer, y he decidido que en lugar de hacerme un seguro de salud privado como sería lo cabal, me voy a dar al whisky de malta y a la caña de cerveza. Y luego que carguen conmigo las SS en algún pasillo de mala muerte, que para hacer el primo vale cualquier sitio.

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